La palabra proviene del griego oros (montaña) y ganos (montaña) para indicarnos que con su belleza y perfume ornamenta las montañas
Sus flores son rosadas, blancas o violáceas, según la variedad. Desprenden más olor las blancas. Con el orégano se adoba la carne con la que se hacen los chorizos. Las patatas fritas con orégano están muy ricas. Con el orégano se aliñan las carnes y las pizzas italianas. Se usa mucho en las salsas hechas con tomate. A las ensaladas les da un buen sabor refrescante. Los tallos deben estar muy tiernos. El orégano seco pierde muchas de sus propiedades.
Da una fragancia especial al aceite y al vinagre, dejando que la maceración dure, al menos, un mes.
En la cocina se ha universalizado.