Al Cristo de Chircales
Recuerdo la tarde,
una tarde verde,
con luna llena..
Una brisa serena
besó mi frente.
El agua cantaba,
al bajar la pendiente,
una bella nana..
Sonó la campana,
la una, las siete..
El Cristo viene..
como una esperanza,
como una paloma blanca..
por el horizonte verde.
Los ojos lloraban,
gotas de oro,
el corazón saltaba,
y el aire besaba,
los blancos chopos.
Caminar, y caminar,
por el camino seco,
entre el verde encinar,
y el álamo viejo..
Infinitos silencios,
ni aire ni brisa...
Largos arpegios..
en el aire silban.
El corazón vibra
de tanto mirar..
Llega mi Cristo..
como brisa de mar.
Ojos de olivo,
de tanto esperar...
El horizonte blanco,
y el espino en flor..
Las rosas del campo,
y el grito de una voz,
que llama y llama,
al Cristo, mi amor.
Mujeres y niños,
jóvenes y viejos,
reflejan cariño,
en sus ojos serenos
y en su caminar..
Cimbrean los helechos,
y el verde encinar.
En el cielo nubes,
blancas como espuma;
en lo alto un querube,
de blancas plumas,
subido en una nube,
llora sin cesar.
Recuerdo la tarde,
una tarde verde,
con luna llena..
Una brisa serena
besó mi frente.
El agua cantaba,
al bajar la pendiente,
una bella nana..
Sonó la campana,
la una, las siete..
El Cristo viene..
como una esperanza,
como una paloma blanca..
por el horizonte verde.
Los ojos lloraban,
gotas de oro,
el corazón saltaba,
y el aire besaba,
los blancos chopos.
Caminar, y caminar,
por el camino seco,
entre el verde encinar,
y el álamo viejo..
Infinitos silencios,
ni aire ni brisa...
Largos arpegios..
en el aire silban.
El corazón vibra
de tanto mirar..
Llega mi Cristo..
como brisa de mar.
Ojos de olivo,
de tanto esperar...
El horizonte blanco,
y el espino en flor..
Las rosas del campo,
y el grito de una voz,
que llama y llama,
al Cristo, mi amor.
Mujeres y niños,
jóvenes y viejos,
reflejan cariño,
en sus ojos serenos
y en su caminar..
Cimbrean los helechos,
y el verde encinar.
En el cielo nubes,
blancas como espuma;
en lo alto un querube,
de blancas plumas,
subido en una nube,
llora sin cesar.