sábado, 11 de agosto de 2007

MELOCOTÓN

Su nombre científico es prunus persica. Proviene de China. De aquí pasó a Persia y muy posteriormente a Europa. Hay muchas variedades. Su pulpa suele ser blanca o amarilla. Como patrón se usa el ciruelo o el franco. Las propiedades curativas son muy interesantes. Ayuda a la vista a mantenerse bien y al hígado en sus procesos digestivos. Su zumo es diurético e impide la formación de cálculos. Es laxante, evita la gota, y es muy rico en potasio, fósforo, magnesio, cinc y selenio. Ayuda en las dietas de adelgazamiento. El fósforo y calcio fortalecen los huesos y previenen la descalcificación. Por el magnesio evita el estrés y serena el espíritu, evitando la ansiedad.
Todas estas propiedades son debidas a su composición, que es muy completa. Por cien gramos de porción comestible, posee 37 calorías; hidratos de carbono 9; fibra 1, 4 ; potasio 140; magnesio 9; yodo 3; vitamina c (mg) 8; vitamina a (mgr) 14; por su caroleno es antioxidante; Es muy rico en hidratos de carbono. El 86 por ciento es agua.
Antiguamente se secaban al sol los melocotones, formando unas ristras que se llamaban orejones.
Se usa mucho en el verano la sangría de melocotón, que se hacía de esta manera, con diversas variantes, según el gusto de cada cual.
Unas cucharadas de azúcar a gusto.
Una jarra de vino tinto.
Canela en rama o molida.
Unos gajos de melocotón, que se deben colocar en la jarra.
Se añade a gusto un poco de coñac, ron u otra bebida.
Unos trozos de hielo
Unas rodajas de limón.
Todo ello debe moverse.
Se debe dejar en la nevera para que los sabores se mezclen.